Según un comunicado de prensa del Congreso de Honduras del 8 de marzo, uno de los objetivos del proyecto de ley es «fomentar una conducta responsable en el ejercicio de la sexualidad y fomentar la postergación del inicio de las relaciones sexuales hasta que la persona alcance la madurez física, emocional y mental».
Adicionalmente, la legislación busca “prevenir embarazos no deseados y concientizar sobre el uso de métodos anticonceptivos modernos en adolescentes y madres adolescentes sexualmente activas”.
El mismo día, el Congreso de Honduras tuiteó que “esta ley es de obligado cumplimiento a nivel nacional en todas las instituciones de educación preprimaria, primaria, secundaria y superior”.
A la marcha del 22 de julio asistieron miembros de denominaciones evangélicas y de la Iglesia Católica, entre ellos el Arzobispo de Tegucigalpa, José Vicente Nácher, y el Arzobispo de San Pedro Sula, Miguel Lenihan.
En entrevista con HCH Televisión mientras marchaba, el arzobispo de Tegucigalpa dijo que “esta marcha es en apoyo a la familia, para proteger a nuestros hijos, hijas e hijos, y la vida. La familia es el lugar donde nace, crece y se desarrolla una persona” y es “el primer [institution] responsable del cuidado y educación de los niños”.
Lenihan dijo a la prensa que “estamos aquí para alzar la voz contra la ideología de género. Le pedimos al presidente que no firme la Ley de Educación Integral para la Prevención del Embarazo Adolescente».