En su homilía, el Papa Francisco pidió a las personas que recordaran el lugar donde conocieron personalmente a Jesús y que «volvieran interiormente a ese primer encuentro».
“Recordad aquella poderosa experiencia del Espíritu Santo; esa gran alegría del perdón sentida después de aquella confesión; ese intenso e inolvidable momento de oración; esa luz que se encendió en tu interior y te cambió la vida; ese encuentro, esa peregrinación”, dijo.
«Cada uno de nosotros conoce el lugar de su resurrección interior, ese principio y ese fundamento, el lugar donde las cosas han cambiado. No podemos dejarlo en el pasado; el Resucitado nos invita a volver allí para celebrar la Pascua».
La Basílica de San Pedro fue decorada con muchas flores de colores para la Misa de la Vigilia Pascual el 8 de abril de 2023. Daniel Ibáñez/CNA
Durante la Misa de la Vigilia Pascual, el Papa Francisco bautizó a ocho personas de los Estados Unidos de América, Nigeria, Albania, Italia y Venezuela.
La congregación rezó las letanías de los santos y renovó las promesas bautismales mientras los candidatos se preparaban para ser plenamente aceptados en la Iglesia Católica.
El Papa Francisco recordó el dolor que debieron sentir los discípulos cuando la tumba de Jesús fue sellada con una piedra. Señaló que también existen “tumbas selladas” en el presente, como las “tumbas de la desilusión, de la amargura y la desconfianza, de la consternación de pensar que ‘ya no se puede’, ‘las cosas nunca cambiarán’, ‘mejor vivir para hoy’, porque ‘no hay certeza sobre el mañana’”.
El Papa Francisco en la Misa de la Vigilia Pascual en el Vaticano el 8 de abril de 2023. Daniel Ibáñez/CNA
“A veces, podemos sentirnos cansados de nuestra rutina diaria, cansados de correr riesgos en un mundo frío y duro donde solo los inteligentes y los fuertes parecen salir adelante”, dijo.
“Otras veces, podemos sentirnos impotentes y desalentados ante el poder del mal, los conflictos que desgarran las relaciones, las actitudes de cálculo e indiferencia que parecen prevalecer en la sociedad, el cáncer de la corrupción -son tantos-, la propagación de la injusticia, los vientos helados de la guerra.
En estos momentos de desánimo, la resurrección de Cristo “nos impulsa a seguir adelante -dijo- ya abandonar nuestro sentimiento de derrota, a remover la piedra de los sepulcros en la que muchas veces encerramos nuestra esperanza”.
“Queridos hermanos y hermanas, sigamos a Jesús hasta Galilea, encontrémosle y adorémosle allí, donde nos espera a cada uno de nosotros. Revivamos la belleza de ese momento cuando nos dimos cuenta que estaba vivo y lo hicimos Señor de nuestras vidas. … ¡Levantémonos a una nueva vida!” dijo el Papa.
El Papa Francisco también presidirá la Misa del Domingo de Resurrección por la mañana en la Plaza de San Pedro, tras la cual impartirá la tradicional bendición «Urbi et Orbi».