Novena a Nuestra Señora de los Dolores – Oraciones Cristianas

Tradicionalmente rezado del 7 al 15 de septiembre

La Memoria de Nuestra Señora de los Dolores es el 15 de septiembre

Día uno: 7 de septiembre

Día dos: 8 de septiembre

Día tres: 9 de septiembre

Día cuatro: 10 de septiembre

Día cinco: 11 de septiembre

Sexto día: 12 de septiembre

Día siete: 13 de septiembre

Día ocho: 14 de septiembre

Día nueve: 15 de septiembre


Día 1

Oración en honor al Primer Dolor de María, 
Profecía de Simeón en el Templo:

Madre Dolorosa, se llenó de dolor tu corazón cuando, al ofrecer a tu divino Hijo en el templo, el Santo Simeón predijo que una espada atravesaría tu alma. Allí y entonces supiste que sufrirías con Jesús.

Reina de los Mártires, permíteme unir mi corazón al tuyo en este dolor, y pedirte la gracia de tener presente el pensamiento de mi muerte, para evitar siempre el pecado.

Ave María…

Oración a nuestra Madre Dolorosa por una gracia particular:

Oh madre santísima y dolorosa, Reina de los mártires, tú que estuviste junto a tu Hijo mientras agonizaba en la cruz. Por los sufrimientos de tu vida, por esa espada de dolor que atravesó tu corazón, por tu alegría perfecta en el cielo, mírame con bondad mientras me arrodillo ante ti, compadeciéndote de tus penas y ofreciéndote mi petición con confianza infantil.

Querida Madre, porque tu Hijo nada te niega, pídele a Su Sagrado Corazón que escuche misericordiosamente mi oración y que la conceda de acuerdo con Su perfectísima voluntad. Por tanto, por los méritos de su Sagrada Pasión, junto con los de vuestros sufrimientos al pie de la cruz, os ruego…

(Mencione su intención aquí…)

Madre misericordiosa, ¿a quién iré en mi miseria sino a ti que te compadeces de nosotros, pobres pecadores exiliados en este valle de lágrimas? Les suplico que ofrezcan a Jesús una sola gota de Su Preciosísima Sangre y una sola punzada de Su Amante Corazón. Recuérdale que tú eres nuestra dulzura, nuestra vida y nuestra esperanza, y tu oración será escuchada. Amén

Memorizar:

Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, que nunca se supo que nadie que acudiera a tu protección, implorara tu ayuda o buscara tu intercesión, quedara desamparado. Animado por esta confianza, vuelo hacia ti, oh Virgen de las Vírgenes, Madre mía. A ti vengo, ante ti me presento, pecador y afligido. Oh Madre del Verbo Encarnado, no desprecies mis peticiones, pero en tu clemencia, escúchame y respóndeme. Amén.


Dia 2

Oración en honor al Segundo Dolor de María,

la Huida a Egipto:

Madre Dolorosísima, Tu corazón de Madre se desbordó de dolor por el odio de Herodes hacia tu Hijo inocente. Para salvarlo de los celos del rey, tuviste que huir con Él a Egipto. Tu corazón también sufrió al ver el sufrimiento de tu santo esposo, San José, ante la perspectiva de llevar al Niño divino ya ti, su delicada esposa, al desierto ya lo desconocido.

Reina de los mártires, déjame unir mi corazón al tuyo en este dolor y obtén para mí la gracia de evitar a los que me desean el mal. Ayúdame a evitar las tentaciones y nunca dejar el difícil pero real camino al cielo.

Ave María…

Oración a nuestra Madre Dolorosa por una gracia particular:

Oh madre santísima y dolorosa, Reina de los mártires, tú que estuviste junto a tu Hijo mientras agonizaba en la cruz. Por los sufrimientos de tu vida, por esa espada de dolor que atravesó tu corazón, por tu alegría perfecta en el cielo, mírame con bondad mientras me arrodillo ante ti, compadeciéndote de tus penas y ofreciéndote mi petición con confianza infantil.

Querida Madre, porque tu Hijo nada te niega, pídele a Su Sagrado Corazón que escuche misericordiosamente mi oración y que la conceda de acuerdo con Su perfectísima voluntad. Por tanto, por los méritos de su Sagrada Pasión, junto con los de vuestros sufrimientos al pie de la cruz, os ruego…

(Mencione su intención aquí…)

Madre misericordiosa, ¿a quién iré en mi miseria sino a ti que te compadeces de nosotros, pobres pecadores exiliados en este valle de lágrimas? Les suplico que ofrezcan a Jesús una sola gota de Su Preciosísima Sangre y una sola punzada de Su Amante Corazón. Recuérdale que tú eres nuestra dulzura, nuestra vida y nuestra esperanza, y tu oración será escuchada. Amén

Memorizar:

Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, que nunca se supo que nadie que acudiera a tu protección, implorara tu ayuda o buscara tu intercesión, quedara desamparado. Animado por esta confianza, vuelo hacia ti, oh Virgen de las Vírgenes, Madre mía. A ti vengo, ante ti me presento, pecador y afligido. Oh Madre del Verbo Encarnado, no desprecies mis peticiones, pero en tu clemencia, escúchame y respóndeme. Amén.


Día 3

Oración en honor al Tercer Dolor de María,
el Hallazgo de Jesús en el Templo:

Dolorosa Madre, el dolor, el dolor y la angustia llenaron tu Corazón Inmaculado cuando te hallaste separada de tu Hijo al salir de Jerusalén. Durante tres días permaneció perdido para ti y para tu santo esposo. Durante tres días buscaste a Aquel que era la luz de tu vida. Y durante tres días no pudiste encontrarlo.

Déjame unirme a ti en este dolor, oh Reina de los mártires, y obtén para mí la gracia de no perder nunca a Jesús por el pecado, sino de permanecer unido a Él con la ayuda de su gracia. Si tengo la desgracia de caer, que nunca dude de su misericordia y regrese siempre a través del Sacramento de la Confesión, que Él instituyó.

Ave María…

Oración a nuestra Madre Dolorosa por una gracia particular:

Oh madre santísima y dolorosa, Reina de los mártires, tú que estuviste junto a tu Hijo mientras agonizaba en la cruz. Por los sufrimientos de tu vida, por esa espada de dolor que atravesó tu corazón, por tu alegría perfecta en el cielo, mírame con bondad mientras me arrodillo ante ti, compadeciéndote de tus penas y ofreciéndote mi petición con confianza infantil.

Querida Madre, porque tu Hijo nada te niega, pídele a Su Sagrado Corazón que escuche misericordiosamente mi oración y que la conceda de acuerdo con Su perfectísima voluntad. Por tanto, por los méritos de su Sagrada Pasión, junto con los de vuestros sufrimientos al pie de la cruz, os ruego…

(Mencione su intención aquí…)

Madre misericordiosa, ¿a quién iré en mi miseria sino a ti que te compadeces de nosotros, pobres pecadores exiliados en este valle de lágrimas? Les suplico que ofrezcan a Jesús una sola gota de Su Preciosísima Sangre y una sola punzada de Su Amante Corazón. Recuérdale que tú eres nuestra dulzura, nuestra vida y nuestra esperanza, y tu oración será escuchada. Amén

Memorizar:

Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, que nunca se supo que nadie que acudiera a tu protección, implorara tu ayuda o buscara tu intercesión, quedara desamparado. Animado por esta confianza, vuelo hacia ti, oh Virgen de las Vírgenes, Madre mía. A ti vengo, ante ti me presento, pecador y afligido. Oh Madre del Verbo Encarnado, no desprecies mis peticiones, pero en tu clemencia, escúchame y respóndeme. Amén.


Día 4

Oración en honor al Cuarto Dolor de María,
el Encuentro de María y Jesús en el Camino del Calvario:

Madre dolorosa, ¿quién puede sondear el dolor de tu corazón cuando viste a tu Hijo caer herido y sangrando bajo el peso aplastante de la cruz, camino del Calvario?

Reina de los mártires, déjame unir mi corazón al tuyo en este dolor, y alcánzame la gracia de llevar con paciencia cualquier cruz que Dios quiera enviarme.

Ave María…

Oración a nuestra Madre Dolorosa por una gracia particular:

Oh madre santísima y dolorosa, Reina de los mártires, tú que estuviste junto a tu Hijo mientras agonizaba en la cruz. Por los sufrimientos de tu vida, por esa espada de dolor que atravesó tu corazón, por tu alegría perfecta en el cielo, mírame con bondad mientras me arrodillo ante ti, compadeciéndote de tus penas y ofreciéndote mi petición con confianza infantil.

Querida Madre, porque tu Hijo nada te niega, pídele a Su Sagrado Corazón que escuche misericordiosamente mi oración y que la conceda de acuerdo con Su perfectísima voluntad. Por tanto, por los méritos de su Sagrada Pasión, junto con los de vuestros sufrimientos al pie de la cruz, os ruego…

(Mencione su intención aquí…)

Madre misericordiosa, ¿a quién iré en mi miseria sino a ti que te compadeces de nosotros, pobres pecadores exiliados en este valle de lágrimas? Les suplico que ofrezcan a Jesús una sola gota de Su Preciosísima Sangre y una sola punzada de Su Amante Corazón. Recuérdale que tú eres nuestra dulzura, nuestra vida y nuestra esperanza, y tu oración será escuchada. Amén

Memorizar:

Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, que nunca se supo que nadie que acudiera a tu protección, implorara tu ayuda o buscara tu intercesión, quedara desamparado. Animado por esta confianza, vuelo hacia ti, oh Virgen de las Vírgenes, Madre mía. A ti vengo, ante ti me presento, pecador y afligido. Oh Madre del Verbo Encarnado, no desprecies mis peticiones, pero en tu clemencia, escúchame y respóndeme. Amén.


Dia 5

Oración en honor al Quinto Dolor de María,
la Crucifixión y Muerte de Jesús:

Madre Dolorosa, junto a la cruz de Jesús, tu Corazón fue traspasado. Y sin embargo, no te sentaste, ni siquiera te inclinaste, sino que te paraste mientras lo mirabas sufrir por los pecados de todo el mundo, por mis pecados. Como Abraham, ofreciste el sacrificio de pie, consciente y voluntariamente. En tu caso, lo ofreciste por mí y por cada pecador. Aún así, a diferencia de Abraham, te paraste y lo viste morir. En tu caso, tu Hijo perfecto no se salvó.

Reina de los mártires, déjame unirme a ti en este dolor y obtener para mí la gracia de luchar contra la tentación y el pecado a costa del esfuerzo, del sufrimiento y hasta de la vida. Cuando me llegue el turno, concédeme, Madre, por la muerte de tu Hijo y tu sacrificio, la gracia de morir en su santa Gracia, la gracia de una muerte feliz.

Ave María…

Oración a nuestra Madre Dolorosa por una gracia particular:

Oh madre santísima y dolorosa, Reina de los mártires, tú que estuviste junto a tu Hijo mientras agonizaba en la cruz. Por los sufrimientos de tu vida, por esa espada de dolor que atravesó tu corazón, por tu alegría perfecta en el cielo, mírame con bondad mientras me arrodillo ante ti, compadeciéndote de tus penas y ofreciéndote mi petición con confianza infantil.

Querida Madre, porque tu Hijo nada te niega, pídele a Su Sagrado Corazón que escuche misericordiosamente mi oración y que la conceda de acuerdo con Su perfectísima voluntad. Por tanto, por los méritos de su Sagrada Pasión, junto con los de vuestros sufrimientos al pie de la cruz, os ruego…

(Mencione su intención aquí…)

Madre misericordiosa, ¿a quién iré en mi miseria sino a ti que te compadeces de nosotros, pobres pecadores exiliados en este valle de lágrimas? Les suplico que ofrezcan a Jesús una sola gota de Su Preciosísima Sangre y una sola punzada de Su Amante Corazón. Recuérdale que tú eres nuestra dulzura, nuestra vida y nuestra esperanza, y tu oración será escuchada. Amén

Memorizar:

Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, que nunca se supo que nadie que acudiera a tu protección, implorara tu ayuda o buscara tu intercesión, quedara desamparado. Animado por esta confianza, vuelo hacia ti, oh Virgen de las Vírgenes, Madre mía. A ti vengo, ante ti me presento, pecador y afligido. Oh Madre del Verbo Encarnado, no desprecies mis peticiones, pero en tu clemencia, escúchame y respóndeme. Amén.


día 6

Oración en honor al Sexto Dolor de María,
la Traspasación del Costado de Jesús y Su Descendimiento de la Cruz:

Madre Dolorosísima, cuando el cuerpo de tu Hijo fue bajado de la cruz y puesto en tus brazos, el dolor llenó tu corazón. Aunque ahora este dolor tenía una nota de alivio, qué doloroso era para ti contemplar ese cuerpo, antes el asiento de la vida, la salud y la belleza perfectas, horriblemente marcado, pálido y sin vida.

Madre, Reina de los Mártires, permíteme unir mi corazón al tuyo en este dolor, y obtén para mí recibir a Jesús en mi alma antes de morir, para que pueda unirme a Él en el cielo para siempre.

Ave María…

Oración a nuestra Madre Dolorosa por una gracia particular:

Oh madre santísima y dolorosa, Reina de los mártires, tú que estuviste junto a tu Hijo mientras agonizaba en la cruz. Por los sufrimientos de tu vida, por esa espada de dolor que atravesó tu corazón, por tu alegría perfecta en el cielo, mírame con bondad mientras me arrodillo ante ti, compadeciéndote de tus penas y ofreciéndote mi petición con confianza infantil.

Querida Madre, porque tu Hijo nada te niega, pídele a Su Sagrado Corazón que escuche misericordiosamente mi oración y que la conceda de acuerdo con Su perfectísima voluntad. Por tanto, por los méritos de su Sagrada Pasión, junto con los de vuestros sufrimientos al pie de la cruz, os ruego…

(Mencione su intención aquí…)

Madre misericordiosa, ¿a quién iré en mi miseria sino a ti que te compadeces de nosotros, pobres pecadores exiliados en este valle de lágrimas? Les suplico que ofrezcan a Jesús una sola gota de Su Preciosísima Sangre y una sola punzada de Su Amante Corazón. Recuérdale que tú eres nuestra dulzura, nuestra vida y nuestra esperanza, y tu oración será escuchada. Amén

Memorizar:

Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, que nunca se supo que nadie que acudiera a tu protección, implorara tu ayuda o buscara tu intercesión, quedara desamparado. Animado por esta confianza, vuelo hacia ti, oh Virgen de las Vírgenes, Madre mía. A ti vengo, ante ti me presento, pecador y afligido. Oh Madre del Verbo Encarnado, no desprecies mis peticiones, pero en tu clemencia, escúchame y respóndeme. Amén.


Día 7

Oración en honor al Séptimo Dolor de María,
el Entierro de Jesús:

Virgen dolorosa, el dolor llenó de nuevo tu corazón cuando el Sagrado Cuerpo de tu Hijo fue quitado de tus brazos y puesto en una fría tumba. Sin embargo, no dudaste de que resucitaría.

Reina de los mártires, permíteme unirme a ti en tu dolor y concédeme tu propia fe profunda y confiada en la palabra de tu Hijo. Déjame confiar en que incluso en el sufrimiento, incluso cuando todo parece perdido, con Jesús siempre hay una salida.

Obtén para mí también un sincero dolor por todos mis pecados, un ardiente amor por mi Dios, una tierna devoción a ti, para que un día pueda morir en su gracia y, con Él, resucitar a la vida eterna.

Ave María…

Oración a nuestra Madre Dolorosa por una gracia particular:

Oh madre santísima y dolorosa, Reina de los mártires, tú que estuviste junto a tu Hijo mientras agonizaba en la cruz. Por los sufrimientos de tu vida, por esa espada de dolor que atravesó tu corazón, por tu alegría perfecta en el cielo, mírame con bondad mientras me arrodillo ante ti, compadeciéndote de tus penas y ofreciéndote mi petición con confianza infantil.

Querida Madre, porque tu Hijo nada te niega, pídele a Su Sagrado Corazón que escuche misericordiosamente mi oración y que la conceda de acuerdo con Su perfectísima voluntad. Por tanto, por los méritos de su Sagrada Pasión, junto con los de vuestros sufrimientos al pie de la cruz, os ruego…

(Mencione su intención aquí…)

Madre misericordiosa, ¿a quién iré en mi miseria sino a ti que te compadeces de nosotros, pobres pecadores exiliados en este valle de lágrimas? Les suplico que ofrezcan a Jesús una sola gota de Su Preciosísima Sangre y una sola punzada de Su Amante Corazón. Recuérdale que tú eres nuestra dulzura, nuestra vida y nuestra esperanza, y tu oración será escuchada. Amén

Memorizar:

Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, que nunca se supo que nadie que acudiera a tu protección, implorara tu ayuda o buscara tu intercesión, quedara desamparado. Animado por esta confianza, vuelo hacia ti, oh Virgen de las Vírgenes, Madre mía. A ti vengo, ante ti me presento, pecador y afligido. Oh Madre del Verbo Encarnado, no desprecies mis peticiones, pero en tu clemencia, escúchame y respóndeme. Amén.


Día 8

14 de septiembre—Fiesta de la Exultación de la Santa Cruz:

Dulce Madre de los Dolores, la Providencia ha querido que Santa Elena, como tú madre de un rey, encuentre la cruz de tu Hijo y colme de honores a esta reliquia de reliquias.

Concédeme, Reina y Madre Dolorosa, que, como Santa Elena, honre siempre el símbolo de nuestra salvación, la Cruz. Y al igual que la Iglesia, que pueda sostenerlo en alto, exhibirlo y llevarlo con gratitud y orgullo.

Sobre todo, que pueda unir mis sufrimientos a los de Jesús en la cruz, y llevar mis cruces no con vergüenza sino con fe, amor y paciencia como Él lo hizo.

Ave María…

Oración a nuestra Madre Dolorosa por una gracia particular:

Oh madre santísima y dolorosa, Reina de los mártires, tú que estuviste junto a tu Hijo mientras agonizaba en la cruz. Por los sufrimientos de tu vida, por esa espada de dolor que atravesó tu corazón, por tu alegría perfecta en el cielo, mírame con bondad mientras me arrodillo ante ti, compadeciéndote de tus penas y ofreciéndote mi petición con confianza infantil.

Querida Madre, porque tu Hijo nada te niega, pídele a Su Sagrado Corazón que escuche misericordiosamente mi oración y que la conceda de acuerdo con Su perfectísima voluntad. Por tanto, por los méritos de su Sagrada Pasión, junto con los de vuestros sufrimientos al pie de la cruz, os ruego…

(Mencione su intención aquí…)

Madre misericordiosa, ¿a quién iré en mi miseria sino a ti que te compadeces de nosotros, pobres pecadores exiliados en este valle de lágrimas? Les suplico que ofrezcan a Jesús una sola gota de Su Preciosísima Sangre y una sola punzada de Su Amante Corazón. Recuérdale que tú eres nuestra dulzura, nuestra vida y nuestra esperanza, y tu oración será escuchada. Amén

Memorizar:

Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, que nunca se supo que nadie que acudiera a tu protección, implorara tu ayuda o buscara tu intercesión, quedara desamparado. Animado por esta confianza, vuelo hacia ti, oh Virgen de las Vírgenes, Madre mía. A ti vengo, ante ti me presento, pecador y afligido. Oh Madre del Verbo Encarnado, no desprecies mis peticiones, pero en tu clemencia, escúchame y respóndeme. Amén.


Día 9

Memoria de Nuestra Señora de los Dolores

Oh Santísima Virgen, Madre de nuestro Señor Jesucristo, por el dolor abrumador que experimentaste al presenciar el martirio, la crucifixión y la muerte de tu divino Hijo, mírame con bondad y despierta en mi corazón una tierna simpatía por los sufrimientos de Nuestro Señor.

Concédeme un aborrecimiento sincero de mis pecados, para que, libre de un afecto indebido por los goces pasajeros de la tierra, pueda poner mi vista más alta en los gozos eternos del cielo.

Que todos mis pensamientos y todas mis acciones se dirijan hacia esta gran meta. Honra, gloria y amor a nuestro divino Señor Jesús, ya la santa e inmaculada Madre de Dios.

Ave María…

Oración a nuestra Madre Dolorosa por una gracia particular:

Oh madre santísima y dolorosa, Reina de los mártires, tú que estuviste junto a tu Hijo mientras agonizaba en la cruz. Por los sufrimientos de tu vida, por esa espada de dolor que atravesó tu corazón, por tu alegría perfecta en el cielo, mírame con bondad mientras me arrodillo ante ti, compadeciéndote de tus penas y ofreciéndote mi petición con confianza infantil.

Querida Madre, porque tu Hijo nada te niega, pídele a Su Sagrado Corazón que escuche misericordiosamente mi oración y que la conceda de acuerdo con Su perfectísima voluntad. Por tanto, por los méritos de su Sagrada Pasión, junto con los de vuestros sufrimientos al pie de la cruz, os ruego…

(Mencione su intención aquí…)

Madre misericordiosa, ¿a quién iré en mi miseria sino a ti que te compadeces de nosotros, pobres pecadores exiliados en este valle de lágrimas? Les suplico que ofrezcan a Jesús una sola gota de Su Preciosísima Sangre y una sola punzada de Su Amante Corazón. Recuérdale que tú eres nuestra dulzura, nuestra vida y nuestra esperanza, y tu oración será escuchada. Amén

Memorizar:

Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, que nunca se supo que nadie que acudiera a tu protección, implorara tu ayuda o buscara tu intercesión, quedara desamparado. Animado por esta confianza, vuelo hacia ti, oh Virgen de las Vírgenes, Madre mía. A ti vengo, ante ti me presento, pecador y afligido. Oh Madre del Verbo Encarnado, no desprecies mis peticiones, pero en tu clemencia, escúchame y respóndeme. Amén.

Deja un comentario