Introducción a esta Coronilla
Perdonar a alguien que te ha lastimado puede ser muy difícil. No es algo que simplemente pueda lograr de la noche a la mañana. Se necesita mucha gracia y entrega a Dios. Y se necesita mucha oración.
Jesús nunca nos pide que hagamos algo que Él no está dispuesto a hacer. Perdonó, desde la Cruz, a los que acababan de tratarlo con tanta brutalidad. La coronilla a continuación está diseñada para ayudar a aquellos que luchan por perdonar a otros. Ora diariamente si eres tú para que Dios pueda liberarte de esta carga.
La siguiente coronilla (que es diferente de la Coronilla de la Divina Misericordia ) también se reza usando un rosario. Las oraciones están tomadas de las Escrituras:
La primera oración proviene de San Esteban, el primer mártir cristiano. Lo dijo poco antes de morir apedreado:
Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Hechos 7:60
La segunda oración se basa en las mismas palabras de Jesús mientras colgaba agonizante de la Cruz:
la coronilla
Comience con un Padre Nuestro, un Ave María y el Credo de los Apóstoles.
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; y perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.
Ave María llena eres de gracia. El Señor está contigo. Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra; y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor: Quien fue concebido por obra del Espíritu Santo, nacido de la Virgen María; sufrió bajo Poncio Pilato, fue crucificado, murió y fue sepultado. descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos, está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; desde allí vendrá a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
En la cuenta grande de cada decena del rosario, rezar:
“Señor, no les tomes en cuenta este pecado”, porque Tú eres lleno de misericordia y compasión por todos. Dame la gracia de perdonar para imitar tu amor perfecto…
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.
Concluya las cinco décadas diciendo tres veces:
Señor, Jesús, Hijo del Dios vivo, ten piedad de mí, pecador.
Amén.