Te adoramos, oh Señor
Verdadero Dios y verdadero hombre, verdaderamente presentes en este santo Sacramento.
Te adoramos, oh Señor
Salvador nuestro, Dios con nosotros, fiel y rico en misericordia
Te adoramos, oh Señor
Rey y Señor de la creación y de la historia
Te adoramos, oh Señor
Vencedor del pecado y de la muerte
Te adoramos, oh Señor
Amigo de la humanidad, el Resucitado, el Viviente que está sentado a la diestra del Padre.
Te adoramos, oh Señor
Creemos en ti, oh Señor
Hijo unigénito del Padre, descendido del cielo para nuestra salvación
Creemos en ti, oh Señor
Médico celestial, que te inclinas sobre nuestras miserias
Creemos en ti, oh Señor
Cordero inmolado, que te ofreces a ti mismo para librarnos del mal
. creemos en ti, Señor
Buen Pastor, que das tu vida por el rebaño que amas
Creemos en ti, Señor
Pan vivo y medicina para la inmortalidad, que nos das la vida eterna
Creemos en ti, Señor
Líbranos, oh Señor
Del poder de Satanás y de las seducciones del mundo
Líbranos, Señor
Del orgullo y la presunción de poder hacer cualquier cosa sin ti
Líbranos, Señor
De los engaños del miedo y la ansiedad
Líbranos, Señor
De la incredulidad y la desesperación
Líbranos, Señor
De la dureza del corazón y de la incapacidad de amar
Líbranos, Señor
Sálvanos, oh Señor
De todo mal que aqueja a la humanidad
Sálvanos, Señor
Del hambre, de la carestía y del egoísmo
Sálvanos, Señor
De las enfermedades, de las epidemias y del miedo de nuestros hermanos
Sálvanos, Señor
De la locura devastadora, de los intereses despiadados y de violencia
Sálvanos, Señor
Del engaño, de la falsa información y de la manipulación de las conciencias
Sálvanos, Señor
Consuélanos, oh Señor
Protege a tu Iglesia que atraviesa el desierto
Consuélanos, Señor
Protege a la humanidad aterrorizada por el miedo y la angustia
Consuélanos, Señor
Protege a los enfermos y moribundos, oprimidos por la soledad
Consuélanos, Señor
Protege a los médicos y proveedores de salud agotados por las dificultades en que se encuentran de frente
Consuélanos, Señor
Protege a los políticos y decisores que llevan el peso de tener que tomar decisiones
Consuélanos, Señor
Danos tu Espíritu, oh Señor
En la hora de la prueba y de la confusión
Danos tu Espíritu, Señor
En la tentación y en nuestra fragilidad
Danos tu Espíritu, Señor
En la batalla contra el mal y el pecado
Danos tu Espíritu, Señor
En la búsqueda del verdadero bien y alegría verdadera
Concédenos tu Espíritu, Señor
en la decisión de permanecer en ti y en tu amistad
Concédenos tu Espíritu, Señor
Ábrenos a la esperanza, oh Señor
Si el pecado nos oprime Ábrenos
a la esperanza, Señor
Si el odio cierra nuestro corazón
Ábrenos a la esperanza, Señor
Si el dolor nos visita
Ábrenos a la esperanza, Señor
Si la indiferencia nos angustia
Ábrenos a la esperanza, Señor
Si la muerte nos abruma
Ábrenos a la esperanza, oh Señor
Esta hermosa oración se usó en un servicio presidido por el Papa Francisco durante la epidemia de COVID-19