Fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José
Domingo de la Octava de Navidad—Fiesta
(30 de diciembre si no hay tal domingo)
Color litúrgico: Modelo Blanco
para familias cristianas
La Santísima Trinidad es como una familia, y el Hijo de Dios vivió una vida familiar
El lenguaje es como la moneda. Debe haber un entendimiento común de su valor para que funcione como un medio efectivo de intercambio. Cuando ese acuerdo común se deteriora, los salarios, los precios y los costos se anclan y las economías se desvían. De manera similar, una palabra puede perder valor, sufrir inflación o perder por completo su significado cuando un grupo lingüístico pierde una comprensión común de su significado. Esto ha sucedido con la palabra “familia”. Algunos han inflado el valor de «familia» para referirse a cualquier grupo de dos o más personas, o incluso una persona y un perro. Para otros, la “familia” ha perdido valor ya que sus experiencias personales de vida familiar fueron disfuncionales y dañaron su desarrollo mental y emocional. En la Fiesta de la Sagrada Familia de hoy, la Iglesia defiende la normalidad. Ella sostiene lo que siempre ha sido. Ella ofrece a sus fielesel modelo de lo que debe ser la vida familiar.
Las reflexiones sobre la Sagrada Familia presuponen una falta de ambigüedad sobre lo que significa la palabra familia. Los entendimientos culturales comunes del matrimonio y la familia crean un espacio para una reflexión espiritual y teológica más madura. Pero si un cierto porcentaje de una cultura madura sin, por ejemplo, experimentar el amor, la disciplina y la guía de un buen padre, entonces es difícil hablar de la bondad, la misericordia y la justicia de Dios Padre. Aquellos que no tuvieron un padre, o cuyo padre estuvo en gran parte ausente, lucharán por conectarse con Dios Padre siendo al mismo tiempo un juez, una fuente de misericordia y una fuente de amor incondicional. Lo mismo se aplica a la vida familiar en general. Una persona que carece de una experiencia personal de familia intacta, incluso una familia repleta de tensiones e imperfecciones, no podrá comprender lo que significa “familia”.
Hoy conmemoramos el hecho de que Dios eligió nacer y crecer en el mismo ambiente que todos los hombres, cuando pudo haberlo elegido de otra manera. No podemos hacer nada mejor que reflexionar sobre las bellas y profundas palabras del Papa Benedicto XVI en su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2008:
“La primera forma de comunión entre las personas es la que nace del amor de un hombre y una mujer que deciden entrar en unión estable para construir juntos una nueva familia… La familia natural, como íntima comunión de vida y de amor, basada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer, constituye “el primer lugar de ‘humanización’ de la persona y de la sociedad”, y una “cuna de vida y de amor”… En efecto, en una sana vida familiar experimentamos algunos de los elementos fundamentales de paz: justicia y amor entre hermanos y hermanas, papel de autoridad expresado por los padres, solicitud amorosa por los miembros más débiles por causa de la juventud, la enfermedad o la vejez, ayuda mutua en las necesidades de la vida, disponibilidad para aceptar a los demás y, si necesario, perdonarlos. Por esta razón,
Sagrada Familia de Nazaret, sé modelo de tranquilidad y armonía para todas las familias. Concede gracias poderosas a esposos y esposas, hijos y hermanos, para que superen las diferencias y puedan construir una vida común con el tuyo como modelo.